11 de marzo de 2010

De entradas y salidas

3 comentarios:

Anónimo dijo...

FELICITACIONES!
Vos Alejandra Paola Lagos has llegado ya a un dominio excelente en el arte, tenias toda la garra y ya eras una exquisita pintora, en poco tiempo has logrado sumar más a tu gran talento, lo observo en esas magnificas carnaduras que haces con las pinceladas: la bella y delgada joven tiene una secreta vida que deslumbra; el erotismo de tu obra es (vale reiterarlo) exquisito, la bella mujer joven de espaldas está alli para que le demos nuestro amor.

Anónimo dijo...

Qué hermosa brilla la espalda de la joven, tiene la piel como satinada y también recuerda a pátinas de escultura.

Si Artaud viendo el cuadro del Puente de Van Gogh dijo que le producia el irrefrenable impulso de undir el dedo en su (pintada) agua, a mi la vitalidad de la joven mujer pintada (que te retrata) me provoca el deseo de acariciar y saborear sus dulces curvaturas. O al menos mi homenaje.

Manejas sutilmente los contrastes casi inconcientes (los huecos rectilineos en las paredes hacen un sugestivo contrapunto a la vida de la joven y bella mujer del cuadro)...en verdad es que esos huecos no son huecos sino lugares donde por manifesarse ausencias se manifiestan imaginaciones.

Singulares tus cuadros, tan valiosamente singulares: los colores tienen como una secreta música (¿por sinestesia?) que pese a las tensiones de tu espiritu apasionado mantienen la sabia armonia que te es tan tipica.

Sabés expresar con arte los grandes sufrires; has captado la esencia de la soledad y, dulcemente, te rebelas.

Anónimo dijo...

En gran parte de tus obras hay una interrogacion a la existencia, lejos estás de la fria interrogacion que ha hecho existencialismo europeo, es una interrogacion furiosamente femenina.

Un beso furioso a las furias de tu dulce furia (porque te caracteriza eso: pintás -Alejandra- con dulce furia).